EXPLICACIÓN DEL PROCESAMIENTO POSTERIOR A LA NEGOCIACIÓN: COMPENSACIÓN Y LIQUIDACIÓN
Una descripción general completa del procesamiento posterior a la negociación, que cubre los pasos esenciales de compensación y liquidación que siguen a cada negociación.
El procesamiento posnegociación consta de cuatro etapas principales:
- Confirmación y casamiento de operaciones: Cuando las operaciones se casan y ambas partes confirman los detalles.
- Compensación: Identificación y cálculo de las obligaciones entre las partes.
- Liquidación: Intercambio real de valores y pagos correspondientes.
- Custodia e informes: Custodia de activos y cumplimiento de los requisitos de información.
Esta infraestructura cuenta con el respaldo de una red de intermediarios, que incluye cámaras de compensación, depositarios centrales de valores (CSD), custodios y agentes de liquidación. Cada uno de ellos desempeña un papel fundamental para garantizar la integridad y la eficiencia de la ejecución y finalización de las operaciones.
Aunque hoy en día depende en gran medida de la automatización y de sistemas avanzados, el procesamiento posnegociación sigue siendo complejo y regulado. Marcos regulatorios como el Reglamento Europeo de Infraestructura del Mercado (EMIR), la Ley Dodd-Frank de EE. UU. y Basilea III ayudan a estandarizar estos procesos y a reducir el riesgo sistémico.
En esencia, el procesamiento posnegociación es la columna vertebral del sistema financiero. Sin él, el buen funcionamiento de los mercados financieros globales sería imposible.
Las funciones de la compensación incluyen:
- Correspondencia de operaciones: Garantizar que tanto el comprador como el vendedor hayan presentado datos comerciales compatibles.
- Compensación: Compensar múltiples obligaciones entre las partes para reducir el número de instrucciones de pago o entrega.
- Validación: Verificar que la operación cumpla con las normas y garantizar la coherencia de todos los términos.
- Gestión de riesgos: Exigir garantías o márgenes para mitigar el riesgo de contraparte.
- Informes: Enviar los detalles de las operaciones a los reguladores y repositorios financieros para garantizar la transparencia.
Las cámaras de compensación determinan la cantidad de garantía que cada parte debe mantener, en función del valor y el perfil de riesgo de sus posiciones pendientes. Esta garantía, conocida como margen inicial y de variación, actúa como un seguro, garantizando que los participantes cubran sus exposiciones.
La compensación reduce sustancialmente el riesgo de un efecto dominó si un participante del mercado quiebra. Al asumir el riesgo de impago y gestionarlo centralmente, la CCP previene perturbaciones más amplias en los mercados financieros. Por esta razón, la compensación se ha convertido en un requisito regulatorio para muchos tipos de transacciones, especialmente para derivados altamente apalancados o extrabursátiles (OTC).
Los avances tecnológicos han modernizado la compensación, permitiendo un procesamiento casi en tiempo real y una mayor transparencia. Sin embargo, la compensación sigue siendo compleja y está muy regulada, lo que requiere una integración completa de datos, controles de riesgo y coordinación entre numerosas entidades.
Por lo tanto, la compensación constituye la columna vertebral de la gestión del riesgo operativo, crediticio y sistémico en el ciclo de vida post-negociación más amplio.
Entidades involucradas en el proceso de liquidación:
- Depositarios Centrales de Valores (CDV): Como Euroclear, Clearstream y DTCC, que facilitan y registran las transacciones.
- Bancos Custodios: Custodian los valores en nombre de los clientes y se comunican con los CDV para transferirlos de forma segura.
- Redes de Pago: Ejecutan y verifican el movimiento de fondos entre contrapartes.
La liquidación puede realizarse en dos formatos:
- Liquidación Bruta: Cada transacción se liquida individualmente y en tiempo real (por ejemplo, sistemas de Liquidación Bruta en Tiempo Real o RTGS).
- Neta Liquidación: Se agregan múltiples transacciones y solo se transfieren los importes netos al final de un período determinado.
Los sistemas de liquidación modernos están diseñados para gestionar grandes volúmenes de transacciones de forma segura. Incorporan automatización, procesamiento directo (STP) e innovaciones en blockchain para reducir errores y retrasos. Si una operación no se liquida, puede dar lugar a multas, daños a la reputación y una mayor exposición crediticia; de ahí la importancia de una infraestructura de liquidación robusta.
Regulaciones como el Reglamento de Depositarios Centrales de Valores (CSDR) de la UE estandarizan las sanciones por fallos en la liquidación, incentivan la eficiencia y promueven mecanismos de participación para resolver las liquidaciones pendientes.
En última instancia, la liquidación es el proceso que da firmeza económica a las transacciones financieras. Sin ella, las operaciones ejecutadas serían meras promesas, no intercambios reales de valor.